Temperatura.- Según el estudio de adaptabilidad efectuado por Orozco A. y Proaño A. 2006, en la granja ECAA, y confirmado en el ensayo de Gallego W. 2008, se determina que el lino puede soportar una temperatura de 16 – 20 ºC.
Suelo.- Se recomienda arar el suelo un mes antes de implantar el cultivo y si se cuenta con los recursos necesarios efectuar la misma labor una semana antes de la siembra ya que debido al pequeño tamaño de la semilla se puede tener problemas de germinación en suelos compactos.
Riego. - El lino es especialmente sensible a la sequía durante los días anteriores y posteriores a la floración, para evitar este inconveniente se puede diseñar un sistema de riego por aspersión, o respetar la época de siembra que va desde el mes de mayo hasta julio.
Abonado. - El lino es una planta que responde muy bien a las aportaciones nitrogenadas, por este motivo para un correcto desarrollo del cultivo y obtener buenos rendimientos de fibra de lino se debe realizar dos fertilizaciones nitrogenadas; una al momento de la siembra y la otra debe realizarse a los dos meses de siembra.
Los abonos fosfóricos favorecen el rendimiento en cantidad, tanto en fibra como en linaza. Los potásicos favorecen la calidad de la fibra. Sin embargo, el lino no es muy exigente en fósforo y potasio.
Herbicidas. - El lino por sí solo se defiende muy mal de las malas hierbas por esto se debe realizar un adecuado manejo del cultivo y de esta forma no se tendrían problemas de malezas, para esto se debe realizar una aplicación con productos pre-emergentes y llevar un adecuado control de esta durante todo el ciclo.
Es preciso elegir un herbicida que tenga un buen programa de tratamiento necesario para luchar contra las principales plantas adventicias. La escarda es eficiente y muy necesaria y se debe realizar las veces que se considere necesario
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